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14 jun 2014

El Mundial no tiene la culpa

Los comentarios acerca de la ceremonia inaugural del Mundial de Fútbol 2014 estuvieron impregnados de una crítica bastante ácida. Si bien ya se había anunciado que el espectáculo sería breve, tanto los periodistas asignados para cubrir el evento como el público en general, esperaban ser encantados por el despampanante brillo de la tierra de las grandes comparsas y la música alegre.
Sí; es cierto que quizás no sólo faltó presupuesto sino también creatividad. Es cierto que todos tenemos derecho a dar nuestra opinión. Pero ¡cuidado! Enojarse porque el espectáculo fue “demasiado austero”, “demasiado sobrio”, “demasiado simple” es olvidar que estas “deficiencias” son tres virtudes. Y es quitar la mirada de la difícil situación social por la que está transitando el mayor país del Mercosur.
Durante meses de disturbios, se ha escuchado más hablar sobre qué sucedería con y en el Mundial, haciendo de este el chivo expiatorio de los problemas de fondo que enfrenta la sociedad brasileña.
El Mundial de 1978 tuvo como sede a la Argentina. Los meses que lo precedieron fueron de grandes obras de ingeniería y arquitectura. Entre otras, se inauguraron autopistas y se renovaron totalmente estadios en las ciudades más importantes. La fiesta de apertura, para aquella época aún carente de la tecnología actual y dentro de las posibilidades de un país en desarrollo, no se vio ni austera ni sobria ni simple.
Los argentinos vivíamos inmersos en la fiebre mundialista con una gran sonrisa, al tiempo que la guerrilla implantaba su violencia y la dictadura del general Videla hacía desaparecer personas bajo el cemento de las obras que construía.
Las Juntas militares en este país se sirvieron de varios “mecanismos” que distrajeron la atención del pueblo del verdadero caos que estaba viviendo. En 1982 lo hicieron nada menos que con la Guerra de Malvinas.
Qué ocurrirá en Brasil después del Mundial —gane o pierda el campeonato— es difícil saberlo. Lo cierto es que las crisis sociales que se gestan en un país a través de años, reflejo de políticas erradas e indiferentes a las necesidades humanas, no tienen su caldo de cultivo en una fiesta deportiva, sea esta austera u ostentosa.
De la misma manera que un técnico de fútbol saca a su equipo a la cancha, son los gobiernos los que deben llevar a cabo a conciencia los cambios indispensables para que la pelota ruede hacia adelante, mirando hacia todos los laterales y sin lesionar a nadie en su camino.
 
Por: Zulema Aimar Caballero

4 jun 2014

Es imposible

Es imposible no quererte…
si son tus ojos la luz del alba
y tu presencia la más bella puesta de sol.
Si no es lo mismo contemplar la luna llena
desde que lo hago pensando en vos.

Es imposible no quererte…
si sos el vencedor de mis lágrimas
el creador de mis más frescas sonrisas,
el conquistador de carcajadas
nacidas del corazón.

Es imposible no quererte…
si frente a una mirada tuya
se acaban mis secretos
y sólo permanecen ocultos
aquellos que compartimos los dos.

Es imposible no quererte…
si siento tu cálido abrazo,
tus manos dulces y tu consejo,
y aun cuando no estás a mi lado
mi alma sabe que no estás lejos.

Es imposible no quererte…
si sos fuente de vida,
manantial de esperanza
y una particular conjunción
del amor y la razón.

Es imposible no quererte…
si a pesar de todas mis falencias
tu corazón trastroca lo que percibe
y sos capaz de verme buena, perseverante y valiente
como nunca nadie me vio.

Es imposible no quererte…
si con una sola palabra tuya
los temores desaparecen,
se esfuman dolores y fatigas
y se abre paso mi descanso a través de tu voz.

Es imposible no quererte…
si mis ángeles te eligieron
para que no deambule sola
y para enseñarme a sembrar
aun en la tierra más estéril.

Es imposible no quererte…
Y es queriéndote que soy parte
de tu sonrisa, del brillo de tus ojos,
de alguno de tus sueños
y de tu feliz corazón.

Es imposible no quererte…
Tan imposible como que no me quieras vos.


Por: Zulema Aimar Caballero
zulebm@hotmail.com