Bienvenidos

Todos los textos publicados en este blog son propiedad de Zulema Aimar Caballero. Prohibida su distribución y/o publicación sin la autorización correspondiente.

10 dic 2014

Apurate, burrito

Apurate, burrito, ojitos de almendra,
que el día se acaba y la noche se acerca.
No busques comida, resiste con fuerza
la alforja vacía y la tierra desierta.
No pierdas la calma, mi burrito bueno,
recordá a quién llevo oculto en mi seno.
Si subís la vista y mirás al cielo
tu cuerpo cansado hallará consuelo.
Te quiero, burrito, noble amigo mío,
refugio de heladas y cálido abrigo.
Ya no falta mucho, no te quedes dormido,
dejá que acaricie tu lomo curtido.
Orejas atentas, pelaje marrón,
caminá al compás de esta linda canción
que te canta mi alma y pronuncia mi voz
con palabras que escapan de mi corazón.
Apurate, burrito, ya no falta tanto,
podrás descansar a la hora del parto.
Te prometo que el cielo para vos será un manto
y los buenos pastores te darán frescos pastos.
Te digo un secreto, mi burro de miel,
me vence el cansancio y el dolor también.
Tiemblo de frío, de hambre y de sed,
pero no lo aflijas a mi querido José.
¿No ves ahora la palidez de su rostro
y las lágrimas que asoman por entre sus ojos?
La noche ha llegado y aunque teme por nosotros
es inmensa la fe que hace fuerte a mi esposo.
Ya no puedo, burrito, no puedo continuar;
ha llegado la hora, ¿quién nos ayudará?
Un pesebre que cobije al Niño y a su Mamá,
sólo eso pido, sólo eso y nada más.
¿Podés oírlo, burrito?, ¿podés oírlo llorar?
Los dolores se han ido y sólo siento paz.
Mirá la alegría de su santo papá:
Ha nacido nuestro Hijo para toda la humanidad.
Una estrella nueva brilla con intensa luz,
se ha posado en el pesebre en forma de cruz
y guía a los peregrinos que entre matas de orozuz
adoran al bendito Fruto de mi vientre, Jesús.

Por: Zulema Aimar Caballero
zulebm@hotmail.com