Cuando una mujer llora…
Es un mar insondable,
crepúsculo inalcanzable,
cielo que se desvanece.
Y nadie sabe…
Cuando una mujer llora…
Es pradera seca, es luna oscura,
rayos de sol en penumbras,
pechos y vientre de angustia.
Y nadie sabe…
Cuando una mujer llora…
Es océano estéril y frío,
primavera sin flores, vida sin estío
y sueños furtivos.
Y nadie sabe…
Cuando una mujer llora…
Es lumbre que no enciende,
amigo que no llega, amistad que se pierde,
fruta amarga y fruta verde.
Y nadie sabe…
Cuando una mujer llora…
Es ausencia y demencia,
eclipse de la existencia,
naturaleza sin esencia.
Y nadie sabe…
Cuando una mujer llora,
cuando al humedecer sus ojos moja su alma,
cuando al cerrarlos baja el telón de su vida,
cuando la pena desgarra sus entrañas
y sufre en el silencio de sus lágrimas…
Cuando no explica su llanto porque no brotan palabras,
cuando su fuego interior simplemente se apaga
y la melancolía y la desazón se convierten en plaga…
Nadie sabe por qué llora una mujer,
pues aunque algo exprese, demasiado calla.
Pero cuando una mujer llora…
¡Bendita sea esa mujer! ¡Deja que llore con ganas!
Aunque lo oculte y se mienta,
ella sabe por qué está triste su alma.
Por: Zulema Aimar Caballero
