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13 ene 2011

Levantando muros

    Se halla aquí, en esta húmeda ciudad, refugiándose detrás de los muros que ella misma construye a diario a fin de no ser alcanzada por el virus de la hipocresía y el desamor.
    Falsedad que brota a su alrededor, en un sitio que parece crecer constantemente como metrópoli, pero sin abandonar esas costumbres y actitudes pueblerinas, bañadas en dimes y diretes, en chismes que corren como reguero de pólvora y sólo sirven para herir a unos y a otros.
    Deslumbrada por esta ciudad de historias y misterios, va de aquí para allá acostumbrándose a esquivar con arte, aunque no siempre con suerte, los lustrosos zapatos que esperan el momento justo para posarse sobre ella y dar el pisotón.
    A veces siente el impulso de dar un fuerte abrazo, un gesto en el que su cuerpo grita: ¡estoy para ti y quisiera que estuvieras para mí! Pero, cuando lo hace, se queda colgada de un cuello tieso, sin más respuesta que la indiferencia del otro.
    Entonces vuelve sobre sus pasos y reflexiona que evitará cualquier manifestación de afecto hacia los demás, y considera que lo mejor que puede hacer es seguir levantando muros. Que una burbuja no es efectiva, porque es frágil y si se rompe queda a merced de los predadores. Pero un muro es más seguro, y cuanto más alto y húmedo sea, mayor será la repulsión para acercarse a derribarlo.
    Sí. Un muro de piedra que la proteja de una sociedad basada en los celos y la envidia, para la cual amar significa estar en el lugar y con el vestido adecuados para chismear de otros. Una sociedad que jamás será para ella su grupo de pertenencia.
    Y detrás de esa pared intenta mirarse a sí misma y sólo encuentra un animal diminuto e insignificante: como por una magia kafkiana se ha transformado en bicho bolita. Puro caparazón que le ayuda a defenderse de posibles ataques, con una flexibilidad que le permite simplemente enrollarse en sí misma, ocultándose en la oscuridad, debajo de húmedas piedras, con el único fin de no ser vista.

Por: Zulema Aimar Caballero

8 comentarios:

  1. Uf, una vez más mis ojos se llenaron de lágrimas. Una parte mía se identifica tanto con ese párrafo... otra derriba los muros todos los días, esperanzada con encontrar "algo"
    que se parezca un poco a lo que uno espera de la vida...

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  2. Qué fina habilidad para describir las vidas vacías, inmersas en el absurdo, la ridiculez y la falta de afecto, comprensión y compasión de quienes integramos las sociedades actuales.
    Te felicito.

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  3. Si... si si...
    Levantamos muros, yo trato de dejar una grietita para que algo siempre me llegue, para darme cuenta que sigo viva.
    Qué bien escrito Zule!!!

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  4. Triste, pero es así.

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  5. zule asi es la vida!!!!!!!!!!!!
    nos encanto

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  6. Esa descripción de amar, para los superficiales y vacíos del mundo... muy buena.

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  7. Inteligente, conciso, cierto. Estupendo relato.

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  8. HERMOSO, SENCILLO Y DIRECTO, SOMOS MUCHOS LEVANTANDO MUROS, PERO ASÍ ES LA HIPOCRECIA DE LA SOCIEDAD, LLENA DE AISLAMIENTO, EN LUGAR DE SENTIMIENTO Y CONDUCE INVARIABLEMENTE AL DOLOR Y LA SOLEDAD, GRACIAS POR PLASMAR EN LETRAS LO QUE VEMOS A DIARIO.

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Comentarios: