ni el sabor del buen vino,
pues son en tu vida oro
que encontrás en el camino.
Que no te falten las fiestas
ni un buen tango en el oído;
que disfrutes de la siesta
si larga noche has vivido.
Que no te falte el saludo
de tus seres queridos;
el abrazo de quien amas
y algún beso peregrino.
Que no te falte el sol
que cada día te acaricia;
ni la brisa que refresca
o la lluvia que te alivia.
Y si, por mala jugada
del desconsiderado destino,
te faltaran los toros
o el tango en el oído;
si no tuvieras la siesta
o el beso peregrino,
o el saludo esperado
de tus seres más queridos,
el disfrute de las fiestas
o el abrazo de un amor vivo…
Espero que recuerdes
que podés contar conmigo
y siempre me encontrarás
al costado del camino.
Por: Zulema Aimar Caballero