Padre, que tienes…
párpados caídos y ojos extenuados,
el ceño fruncido bajo escasos cabellos canos,
los molares débiles, por el tiempo quebrados.
La voz temblorosa y trémulos los labios,
pálido el rostro surcado por los años,
la constante molestia de oídos apagados,
la frágil osamenta de un cuerpo agotado.
Piel de tortuga en tus agrietadas manos,
las piernas cansadas y los pies llagados…
Resucitaré tus ojos con una dulce mirada,
alisaré tu frente con una carcajada.
A quien me aceche atraparás con tu mordida afilada
y afirmarás tu voz cuando deba ser bien aconsejada.
Aquietarás tus labios con un beso en mi mejilla rosada,
esperando que acaricie tu rostro surcado por la añada,
y que repita, hasta que escuches, varias veces una palabra.
Endereza para mí tus huesos, pues así me habrás parado.
Si me rindo al luchar, muéstrame tus ajadas manos.
Y haz que nunca olvide que tus pies se han lastimado
por sostenerme en la carrera, caminando a mi lado.
Por: Zulema Aimar Caballero
zulebm@hotmail.com
Besos y enjuga mis lágrimas.
ResponderEliminarhermoso, calido y tierno... a seguir zule!!!!Alicia
ResponderEliminarZulema, hermoso tu poema!!! espero hayan pasado un día del padre unidos en el amor de la familia. Un beso
ResponderEliminarRosario
Zule: muy bonito, muy sentido.
ResponderEliminar"Muy lindo zule!!"
ResponderEliminar"QUE GROSA QUE SOS ZULEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!"
ResponderEliminarMe han emocionado tus palabras. Te envío un fuerte abrazo y la gratitud por compartir tan bellos sentimientos.
ResponderEliminarGracias, Zule, por este regalo. Tierno y cierto. ¡Gracias!
ResponderEliminarEstremecedoras palabras. Plasmaste con estas letras lo que quisiera decirle a mi padre.
ResponderEliminarGracias Zule. Extrañaba encontrar en mi mail tus textos. Me alegra que sigas en el ruedo. Hermosas y sentidas palabras.
ResponderEliminar