más lejos de los hombres
y más cerca de Dios.
Con la mente por fin clara,
con el alma por fin limpia,
con el cuerpo por fin sano, y al fin cenizas.
Entrando a una atmósfera desconocida,
poseyendo los astros del cielo infinito,
sintiéndome, entre ángeles, bienvenida.
La espera se esfuma en la espera,
el abismo se pierde en el abismo,
todo es sustancia y nada es materia.
Pierdo mi humanidad,
temores, defectos, pecados,
dolores, fracasos, soledad.
Se congela por completo
la risa que enmascara el sufrimiento
y se acaba la tortura, el martirio, el tormento.
Más cerca de Dios,
más lejos de la Tierra
y más cerca de Dios.
Se han dormido los duendes de mis cuentos de hadas,
la figura azul del príncipe,
¡amor de mis amores! Amor sin esperanza.
Se silencia el mar y la luna se apaga,
se han dormido mis ojos y mis palabras…
en el umbral del Cielo es Dios el que habla.
Por: Zulema Aimar Caballero
zulebm@hotmail.com
que extraña combinacion de tristeza y esperanza, debe ser propio de poetas
ResponderEliminarmuy lindo
Es tan hermoso! Realmente es uno de los mas sensibles y sensibilizadorees poemas que he leido en su blog. Felicitaciones
ResponderEliminarSi la protagonista fuera la autora que conozco, el Cielo se abrirá para cobijarla, la abrazará con todas sus fuerzas y le dará la paz que merece... no cabe duda.
ResponderEliminarPrecioso poema
ResponderEliminarBello poema que acerca el cielo a quien lo lee con el corazón. Felicidades!
ResponderEliminarcuantos deseamos en estos días estar mas cerca de Dios. Un bello peoema
ResponderEliminarMuy de acuerdo. Los poemas han sido escritos con elma, muy bellos y humanos. Gracias Zulema.
ResponderEliminar