Tus labios cálidos, firmes, fogosos, alborotados
dibujan en los míos un amor eterno, tan eterno
como el tiempo sin tiempo de tu beso enamorado.
Tu
boca se esconde y empiezo a buscarla
y descubro,
de pronto, que la mía la atrapa.La claridad de tus ojos destella un brillo de estrellas
y esos, tus dulces luceros, para sentirme se cierran.
Me
gusta, cuando me besas, tomar de tu beso
la
savia que nutre y encanta mi cuerpo,la esencia que alivia, que conforta, que calma.
Y ardiendo de amor, encuentro tu alma.
Soy
tan feliz sumergida en el mar de tus labios
que
puedo tocar el cielo y comulgar con los astros.Incluso en la despedida, me gusta cuando me besas
porque, aun cuando te vas, siento que no me dejas.
Por: Zulema Aimar Caballero
zulebm@hotmail.com