Lluvia que mojas mi rostro
tallando surcos sobre mi piel,
te mezclas con la sal
de las lágrimas que pierdo por él.
Luna de mi noche triste
desde lo alto te burlas de mí,
deja ya que las estrellas
siembren luz de esperanza en mi amargo vivir.
A dónde se fue su sonrisa
y su dulce mirada a quién contemplará.
El viento me habló al oído
y me dijo que él ya no volverá.
Lagos, arroyos y ríos
hoy cruzo buscando el eco de su voz.
Pero me dicen las aguas
que el sino caprichoso se lo llevó.
Por qué, si yo lo amaba,
por qué, si él me quería también,
enredándose en una falda
se fue frente al hechizo de otra mujer.
Por: Zulema Aimar Caballero
zulebm@hotmail.com
alicia marí escribió:
ResponderEliminarQUE NOSTÁLGICA PRO DULCE ES TU POESIA!!!!!!!!!!!!! ME GUSTO MUCHO. UN BESO Y A SEGUIR
Gracias, Alicia.
ResponderEliminarOjalá alguien le pusiera música a esta zamba.
que lindo
ResponderEliminarescuche algo que sirve para este poema y es airede zamba de hector ayala
¡¡Gracias!! Voy a buscarlo.
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