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22 jun 2010

Arráncate de mí

No des más vueltas, no busques excusas,
mírame a los ojos, saca tu espada.
Yo ya comprendí los modos que usas:
me exiges a mí, mas tú no das nada.

Sé que me odias del primer momento;
a tu antojo, altiva, me has maltratado.
Sin tener en cuenta mi sentimiento
con mano severa me has castigado.

¿Por qué no me dices qué daño te he hecho,
de qué me acusaron, a quién lastimé?
¿No sabes la angustia que oprime mi pecho
porque no me has amado y yo no te amé?

Tomé desde siempre tus duros obsequios:
desencuentros, pesares, miedo, aflicción;
y estando tu puñal clavado en mis nervios,
mataba a sus anchas cualquier ilusión.

No dije palabra, callé, resignada
batiéndome a duelo con la aceptación,
pues siempre sabía que en cada jugada
salías airosa con satisfacción.

No me des más vueltas, toma mis entrañas,
déjame desnuda como te encontré.
Nada te he pedido, ¿por qué es que te ensañas?
Nada me entregaste, nada te quité.

Con tu aire arrogante ofreciste mentiras,
me diste la espalda cuando te busqué.
Suplicaba mi alma mientras te reías,
¿sabes cuántas veces te necesité?

¿Pretendes ahora que siga intentando?
El sueño feliz para mí no llegó.
Ese que en promesas se fue marchitando,
ese que sus alas nunca desplegó.

Por eso es que al fin me aferré a la muerte
y anhelo acerque su mano voraz.
Por eso es que no dolerá perderte
Arráncate de mí, vida, ¡basta ya!


Por: Zulema Aimar Caballero
zulebm@hotmail.com

2 comentarios:

  1. Elvio Bautista escribió:
    Quisiera, sin dejar de aceptar lo que Dios me dio, haber tenido las condiciones indispensables para expresar mis sentimientos
    -los míos- como brotan de tus palabras. Te ruego disculpes mi anonimato.

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  2. Gracias. Nunca sabré si expresarlos de esta manera es un acto de valentía, uno de cobardía disfrazada o uno de catarsis.
    Como sea, el estado de ánimo cuenta mucho... y la imaginación también.

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Comentarios: